🤔 Llegando a la Casa Lázaro, me encontré ante dos opciones: quedarme y emprender un cambio, o marcharme y elegir el camino fácil.

Decidí sumergirme en la aventura, sin imaginar cuán lejos me llevaría. 🚀

Soy Dorian, médico, y resido desde hace casi dos años en un departamento de Casa Lázaro, donde conviven 5 profesionales y 5 personas que han conocido la calle.

Mis primeros días fueron un choque cultural; temía ser víctima de robo y cargaba con prejuicios.

Compartir espacios implica esfuerzo, pero a su vez derriba prejuicios. ¿Quién hubiera imaginado a un ingeniero durmiendo en un banco público?

🏡 Casa Lázaro no es solo una vivienda; es un hogar, una familia. Es sorprendente cómo, sin lazo consanguíneo y a pesar de las diferencias sociales, hay personas que se preocupan por ti y tú por ellas, creando un ambiente fraternal. “¿Cómo te sientes?” “¿Cómo te ha ido el día?” “¿Qué tal dormiste?”…

Vivir en Casa Lázaro no solo implica ayudar, sino que también transforma tu vida.
👉 Gracias a la terapia psicológica permitida por Lázaro, he cuidado mi salud mental.
👉 Ahora soy más tranquilo, pacífico y he aprendido a escuchar antes de actuar.
👉 He alcanzado estabilidad personal en este espacio seguro, lo que me permite establecer nuevas metas a corto, mediano y largo plazo.

Mi mensaje es claro: las personas de la calle buscan integración. En la calle, la supervivencia del más fuerte es la ley, pero aquí compartimos todo.

 

dos jovenes viviendo con personas de la calle