En el corazón de cada una de nuestras casas vive una familia responsable.
Su función es velar por la convivencia y el respeto del proyecto en los departamentos así como seleccionar las personas que entran a vivir a la casa. Sobre todo, es una presencia en el corazón de la casa, que le da su carácter familiar y restablece la imagen, a menudo herida, de la familia que tienen nuestros residentes.
La familia tiene su propio departamento en el mismo edificio y se compromete por tres años. Este compromiso es compatible con su vida profesional.
«Es una vida muy rica, de la que todo el mundo debería querer»
Domitille y Timothée