Hay que tener la humildad de decir “necesito ayuda” para descubrirlo. Me llamo Laban, nací en Tanzania y llegué a México para estudiar. Posteriormente trabaje para el Colegio de México durante 3 años y después para la Industria de la Construccion por más de 20 años. Todo se derrumbe y desmoronó después de un largo tiempo de enfermedades que me llevo a internarme en hospitales por un par de meses y me obligó poner todo mi dinero a favor de mi salud y sin trabajo durante año y medio. Tuve el coraje de acercarme a Fundación Lázaro y solicitarle ayuda. Me acogieron por dos y medio años. Ahora estoy de regreso a la Industria de la Construcción.
Lázaro es un lugar donde te apoyan, te levantan de una caída, te preparan para agarrar otra vez en bueno.
Los jóvenes profesionistas y las personas que conocieron la calle se apoyan mutuamente para hacer crecer a las personas de esos dos mundos.
Ese amor tan grande, de que no te conoce pero te crea y te ayuda. Es imposible que alguien que no te conoce te ayude. Casa Lázaro sí ayuda, ayuda a todos.
🛟 Si Lázaro ayuda a todos, también tenemos que ayudar a Lázaro.