Nuestros compañeros de departamento que salen de la calle son verdaderos guerreros… Jose Angel, conocido como “Pepe”, es un buen ejemplo de ello. Su vida es un homenaje a aquellos que luchan siempre, incluso cuando todo parece perdido.
Gran patriota, Pepe se unió al ejército mexicano a muy temprana edad.
Pasó veinte años en la fuerza aérea mexicana y realizó nada menos que 762 saltos en paracaídas.
En 2021, su esposa fue hospitalizada y falleció de covid. Debido a las medidas sanitarias, no pudo ver el cuerpo de su esposa ni organizar un funeral.
Simplemente recibió un formulario que certificaba la muerte de su esposa.
Su mundo se derrumbó.
Comenzó a beber y perdió su vivienda. Luego pasó un año entero bebiendo frente al hospital, donde su esposa falleció.
En 2022, Pepe llegó al comedor de la amistad Lázaro.
Poco a poco se acercó a Lázaro y se convirtió en compañero de departamento.
Después de una seria infección, tuvieron que amputarle una pierna. Al principio se negó, pero el médico le dijo “es la pierna o la vida”. Pepe aceptó la amputación y regresó a Lázaro.
Para ayudarlo a tratar sus problemas con el alcohol, se le ofreció ir a un centro de desintoxicación. Aceptó y siguió un tratamiento muy intenso pero salvador durante 3 meses.
Le preguntaron cómo estaba adaptándose a esta nueva vida. Él le respondió de inmediato: “amo la vida, hay que seguir adelante”.
Hoy en día, Pepe trabaja como cocinero en el comedor y prepara el almuerzo para 150 personas sin hogar cada sábado.
¡Gracias a nuestros luchadores de lo imposible por recordarnos cada día que se puede volver a la vida y usar esa segunda oportunidad para hacer la vida de los demás más hermosa!